Actualizado: 23 septiembre, 2018
¡Hola, Des! De pequeño, ya me fascinaba el mundo pirata y la búsqueda de tesoros escondidos. ¿No te pasaba lo mismo? Lo que nunca pude pensar es que, más allá de la imaginación, hubiera una leyenda con todos estos ingredientes muy cerca de casa. Un tinerfeño, Amaro Pargo (La Laguna, 1678-1747), ha dado pie durante siglos a todo tipo de comentarios, creencias, mitos… hasta convertirse en un personaje imprescindible. Para entenderlo mejor, acompáñame hasta Machado, en el municipio de El Rosario (Tenerife); ahora descubrirás por qué.
La ermita de Machado nos va a servir de referencia (¡paciencia!, que llegamos pronto), y es imposible no fijarse en las preciosas vistas que hay de la costa Sur, para empezar a viajar en el tiempo y soñar con barcos, piratas y tesoros. Precisamente, la supuesta existencia de un botín escondido por Amaro Pargo en una hacienda muy cercana, ha convertido el lugar en zona de peregrinación constante. Y hablando de peregrinar, para acercarnos a esa edificación tomamos un tramo declarado Bien de Interés Cultural, ya que está dentro del Camino Viejo de Candelaria. No tiene pérdida, está señalizado unos metros antes de la ermita, a mano derecha, y al poco de avanzar, un árbol nos indica un nuevo giro a la izquierda. Ya nos acercamos a nuestro objetivo, ¡qué emoción!
En cuestión de minutos, lo que es seguro es que nos encontramos en unos terrenos que pertenecieron a Amaro Pargo. Entre las muchas versiones sobre su vida, unos sostienen que la construcción de esta vivienda fue posterior a su muerte, pero hay quienes alimentan la teoría contraria y, de hecho, afirman que la ubicación fue elegida para tener una perspectiva privilegiada del mar y el movimiento de barcos… Se puede acceder sin problemas a estas ruinas (tristemente es así), porque el saqueo de años y años fue tan intenso, que sólo quedan restos. ¿Te imaginas? Gente llevándose hasta piedras de la casa, levantando los suelos con el sueño de un premio… Es la pura realidad, aunque parezca ficción.
Caminar entre estas paredes supervivientes y la vegetación que las habita, es repasar la inclasificable historia de Amargo Pargo (por cierto, que Pargo no era su apellido, sino un mote -como el pez-).
De buena familia, fue un próspero comerciante, se dice que en campos como el vino, el aguardiente y el tabaco, además de corsario, es decir, que tenía patente de corso gubernamental para atacar a enemigos. A partir de ahí, volvemos a lo que se dice, se cuenta…: que si también fue pirata, que traficó con esclavos, que luego quiso redimirse siendo piadoso y ayudando a las personas desfavorecidas.
¿Te parece poco? Pues espera que dejó huella hasta en Cuba, hijo incluido, y se habla y mucho de su estrecha relación con Sor María de Jesús, la venerada “Siervita” de La Laguna. ¿No te parece de película?

Hay quien lo pensó literalmente y literariamente. Su increíble existencia ha dado lugar, por ejemplo, al libro ‘Amargo Pargo. El pirata de Tenerife’, de Balbina Rivero; al documental ‘Amaro Pargo: entre la leyenda y la historia’, de JR Producciones y Novilunio Music&Films; y… aún queda lo más sorprendente (sé que el listón ya está muy alto), porque en 2013 sus restos fueron exhumados, en una operación financiada por la empresa de videojuegos Ubisoft, sí lees bien, con fines de marketing y promoción en el marco de la cuarta entrega de Assassin’s Creed, y de por medio intervinieron arqueólogos de la Universidad Autónoma de Madrid.
Ya te digo, que según se informa uno, el interés se dispara. Por cierto, Pargo está enterrado en la iglesia de Santa Domingo, en La Laguna, y quédate con este detalle: hay una calavera con dos tibias cruzadas y el ojo derecho guiñado en su lápida….
Recopilando todo lo dicho, desconozco cuánto será verdad y cuánto invención, pero no cabe duda de que Amaro Pargo es una figura alucinante; no pasa desapercibida, sino todo lo contrario, y más si te encuentras en este enclave de Machado.
En honor a la leyenda y su hondo arraigo popular, espero que se detenga el enorme deterioro de la hacienda (la casa fue declarada BIC) y se pueda reconstruir esta seductora historia. Por si acaso, yo miré entre las ruinas a ver si tenía suerte y había algún tesoro escondido… ¡Hasta pronto, pirata!
Amaro Pargo ha inspirado literatura, producción audiovisual y mucha imaginación… ¡Este pirata es un tesoro!