Actualizado: 1 octubre, 2019
¡Hola, Des! ¿Qué tal están? Hoy les voy a sorprender con una ermita transgresora. Está en El Pris (Tacoronte, Tenerife), un pequeño núcleo pesquero de apenas 400 habitantes, y se ha puesto en el punto de mira de la vanguardia internacional del diseño.
Les hablo del coqueto templo Stella Maris, que venera a la Virgen del Carmen, y que fue una arriesgada apuesta del arquitecto Alejandro Beautell y de la comunidad que la sustenta. Y la apuesta salió tan bien que ha ido coleccionando premios y selecciones en Estados Unidos, España y Argentina, llegando hasta Japón. ¿Qué la hace tan especial? Su integración al lado del embarcadero, con una estructura innovadora en planta circular de apenas 60 m2, un revestimiento de hormigón rugoso, y varios detalles llamativos en su interior.
Pero el camino no resultó nada fácil. Primero, los habitantes de El Pris se encontraron sin lugar para el culto durante un tiempo, teniendo que improvisar sus rezos en… ¡la Cofradía de Pescadores!; sí, lo están leyendo bien. Y segundo, una vez se puso en marcha el proyecto de Beautell, no todos los vecinos entendieron sus formas y directrices alejadas de lo tradicional. Si ya el exterior de la ermita les puede dar una pista, mejor entramos y entenderán mejor las dudas.
Los tiradores de las puertas de acceso tienen una A y una M (Ave María), y al lado hay una campana procedente de un barco; la temática marina, lo verán, es fundamental. Una vez en el interior, me encontré con que los asientos son de obra, con su cojín (tranquilos que es cómodo), y están dispuestos circularmente; eso ya produce una comunión especial entre los feligreses.
En las paredes hay incrustada más de una decena de estrellas de mar azules, que simboliza el vía crucis, y muy finos ventanales laterales y uno superior; por ahí entra la luz y produce un fenómeno muy curioso cuando hay sol: se forma una M en el suelo…
Aún hay más, porque me fijé en el brillo de las paredes. Sí, miren bien en las fotos, parecen cristales ¿verdad? Lo son, y tienen su historia detrás. Cuando se puso la primera piedra de la ermita, se celebró bebiendo vino; pues bien, esas botellas luego se rompieron y los trozos pasaron a formar parte de esta bonita historia ¿a que mola? Por cierto, a todas estas, el global de El Pris ha acabado aceptando y mostrando orgullo por su Stella Maris.
¿Están intrigados? Quien quiera disfrutar de esta joya arquitectónica, las misas son los domingos a las 12:45 horas. Y ya que están por El Pris, no se olviden de comer buen pescado, de apreciar las espectaculares vistas de El Teide, y de darse un buen baño en su piscina natural (si el oleaje, muchas veces bravo, lo permite).
Seguiremos oyendo hablar de esta ermita, y nada menos que en… ¡Nueva York! Allí recibirá en junio de 2018 el premio internacional de la revista Faith&Form y del American Institute of Architects. ¡Enhorabuena, Stella Maris!