¡Hola, Des! Hoy no vengo a hablarte de cremas para evitar que te quemes en la playa, aunque te pueda despistar el título, sino del Observatorio del Teide. ¿Qué tienen que ver? Pues que el sol los une… a su manera. Casi siempre, se asocia este centro astrofísico de referencia mundial con las estrellas, la observación nocturna… y de hecho, hay muchas actividades e investigaciones cuando la noche cae.
Sin embargo, yo he querido visitarlo de día, para comprobar esa labor solar (y protectora) que es menos conocida para el público en general, pero igual de importante. ¿Te vienes conmigo?
Bien, lo primero, coge suficiente abrigo. Ya sabes con que la altitud, y nos vamos a acercar a los 2.400 metros, la temperatura baja considerablemente en esta zona de Izaña. Por cierto, esta actividad la organiza la empresa Volcano Teide (al final del artículo te cuento los precios y más datos), y una de sus empleadas viene a esta barrera del Observatorio del Teide para chequear el acceso; ¡qué ganas! de entrar cuanto antes y descubrir todos los secretos de este espacio científico tan afamado.
Cuando el reloj marca las 11 (sí, resiste el frío y sigue funcionando), comienza la visita, con varias condiciones: no se puede fumar, ni comer, ni transitar por libre. Aquí, vamos juntitos y ¡atención!, hay que poner el móvil en modo avión ya que los radiotelescopios pueden interferir en la señal y hacer un estropicio…; ah, tampoco se pueden grabar vídeos. En fin, todo sea por la ciencia, y tengo suerte de que es un día soleado.
Panorámica de Telescopios
O dicho de un modo muy gráfico, se controla la luz que no está limpia, ya que es una especie de Darth Vader para las mediciones y puede llevar a error. Contado así, mi comprensión no caerá en… el lado oscuro.
En esa línea, la ley de protección de cielos impide que los aviones puedan sobrevolar el Parque Nacional del Teide; medida que se aplica en Chile y Hawái además de Canarias. ¿Ves cómo el concepto protector está muy presente? Por algo aquí se estudia el sol con los telescopios más importantes del mundo, y ponen otro ejemplo que me deja alucinado: desde aquí, y sin zoom, se podría ver una vela encendida en Gran Canaria…
Hablamos de una treintena de telescopios en este Observatorio del Teide, con nombres técnicos como IAC-80, TCS (Carlos Sánchez) y VTT (de la Torre a Vacío); otro más de familiares como Gregor, Song o Themis; y el más literario de todos… ¡Quijote! Y continuando con otra demostración que lo dice todo sobre la potencia del Gregor, permite observar desde aquí los detalles de una moneda de 10 céntimos en… ¡pleno centro de Madrid!
En cuanto a los países propietarios de estas joyas, aparte de España, nos encontramos con Alemania, Estados Unidos, Francia, Qatar, Rusia…
A cambio de la cesión de estos terrenos a esas naciones, se obtiene el 20% de su tiempo de observación, ¡llamativo! (como todo lo que estoy viendo y escuchando).
Te reconozco que me entra algo de apetito cuando me hablan de una zona de microondas… pero no; se refieren a algo mucho más trascendente como escuchar los sonidos de las ondas en el Universo. Más frentes abiertos de investigación: la polarimetría de la luz, es decir, adónde tienden los colores. Y hacen un mapeado del fondo cósmico para ver si hay variaciones de temperatura. Lo que yo te digo, ¡de otra galaxia! No me extraña que también midan el magnetismo del sol… a mí me tienen magnetizado.
Venga, que quiero conocer más detalles. Entre las diferencias de los telescopios nocturnos y los solares está… ¡la altura! Sí, los últimos rebasan los 5 metros, ya que la luz solar genera una turbulencia al llegar al asfalto, que sólo interfiere en los trabajos por debajo de esos 5 metros.
Por cierto, no te creas que toda esta labor en el Observatorio del Teide se hace presencialmente; existen telescopios robóticos y remotos que se pueden controlar desde casa con el ordenador (no en la mía desde luego) en Europa, Asia o América.
Al mismo tiempo, es cierto que vienen estudiantes y para que sea más fácil su alojamiento se ha habilitado una antigua infraestructura sueca a modo de residencia. Claro, aquí hay que reciclar edificaciones, que estamos en un entorno muy frágil, motivo por el que voy a otro antiguo telescopio reconvertido en centro de visitantes. Dentro, fíjate que vuelve a hacer más frío. Y cuando apuntan con una cámara infrarroja, sale mi nariz más intensa que otras zonas corporales (mi detector de fresquete). Por si hay dudas, soy el de la izquierda de la siguiente fotografía.
Cámara infrarroja
Después de más explicaciones complementarias, regreso al exterior y… ohhh ¡Preciosa vista del Teide! Y unos ruiditos que son los restos de hielo cayendo del instrumental. Y ya que cito aparatos, los hay para medir la sismología, y a diario captan movimientos (de poco relevancia, por supuesto, que si no tú y yo lo habríamos notado).
Panorámica del Teide desde el Observatorio
Llegados a este momento de la visita, asume protagonismo Google… No, que no estoy mirando en el móvil (sigo en modo avión). Es que resulta que esta empresa tiene un telescopio en el Observatorio del Teide, que usa en parte para configurar su Sky Map. ¡Casi nada! Y a través de uno más pequeño tengo ocasión de ver al mismísimo sol, ¡mola mucho! Una sensación vibrante… y a esto se dedica la heliosismología, a medir las vibraciones del sol (no te quejarás del diccionario online que te estoy regalando).
Y en medio de la tecnología puntera, el aspecto más anecdótico. Al entrar en el telescopio Carlos Sánchez, me cuentan que una parte se hizo con los restos de un buque de la Segunda Guerra Mundial, y otra se cogió de un tanque alemán…
¿Increíble, no? Ah, surge la duda de los espejos y cada cuánto tiempo se limpian: respuesta, cada 2 años, y se tarda 2 semanas en hacerlo. Imagina el cuidado, porque como se rompan…
Interior del Telescopio Carlos Sánchez
Se me ha pasado volando una hora y media en el Observatorio del Teide, y me parece de lo más apasionante haber conocido todos estos detalles, aquí al lado de casa como quien dice. ¿Cómo lo ves? Lo que queda demostrado es que se trata de una magnífico protector solar… con tantas variables que supervisa. Y por si te animas, te dejo a continuación datos útiles para una visita. ¡Hasta pronto, Des!
Datos útiles:
– Lugar: Observatorio del Teide (Izaña).
– Carretera: TF.24 (de la Esperanza al Teide), Km. 37.
– Entrada: VolcanoTeide (a 12,60 euros para residentes canarios; 21€ no residentes).
– Duración: 1 hora 30 minutos.
– Horarios de visita: 10:00, 12:00 o 15:00 horas y de lunes a domingos (en función del idioma).
– Idiomas: español, inglés, alemán, francés y ruso.